Con esta receta participamos en el concurso "Mami, papi, yo también" del mes de mayo, en el que el blog anfitrión es
Carrot Cake.
Se trataba de hacer un bocadillo con los ingredientes y forma que cada uno quisiera, pero con el tema "una merienda salvaje" o sea, del mundo animal.
El nuestro no sé si es muy salvaje, pero tenía la imagen guardada desde hace tiempo porque no sé dónde lo ví pero me encantó. Se lo propuse a mi mini-chef, y le encantó la idea.
INGREDIENTES:
Pan de molde (2 rebanadas)
Una o dos hojas de lechuga
unas rodajas de tomate
unas rodajitas de cebolleta fresca
unas rodajas de pepino
Un huevo duro cortado en rodajas (se necesitan dos, más o menos iguales)
Una aceituna negra cortada en aritos
Un trozo de zanahoria
Una loncha de jamón york
Una loncha de queso
Mahonesa.
PREPARACIÓN:
Sobre la primera rebanada de pan, poner un poco de mahonesa y colocar la lechuga, el tomate, la cebolleta, el pepino (salvo una rodaja) y finalmente la loncha de jamón york y otro poco de mahonesa.
Cerrar el sandwich con la otra rebanada de pan y empezar a decorarlo. En primer lugar poner la loncha de queso, y sobre ésta, las dos rodajas de huevo para formar los ojos, con un arito de aceituna en cada uno.
Cortar el trozo de zanahoria en láminas no muy gruesas. En una de ellas cortar una forma triangular para hacer el pico. Con el resto hacer tiritas que servirán de plumas para la frente.
Cortar a la mitad la rodaja de pepino y colocarla como se ve en la imagen simulando las alas. Cortar a la mitad un arito de aceituna y hacer las patas con las dos mitades.
Pues éste es el resultado. A mi al menos me encantó, y a mi mini chef también. No esperaba que él se comiera un sandwich vegetal de este tipo, incluso pensaba que me montaría un circo por no querer tocar el pepino o la zanahoria, que no le gustan. Pero en fin, los niños son una caja de sorpresas. No sólo montó el sandwich tan feliz y manipulando todos los ingredientes sin ningún escrúpulo raro, ¡también lo probó! Más que nada un poco del pan de molde, del queso, el jamón y la lechuga, pero ni tan mal. El resto del sandwich me lo comí yo, y la verdad es que además de ser una monada, estaba riquísimo. Y mi niño super orgulloso de haberlo preparado.
Pues ¡hala! A ver si tenemos suerte con el concurso.